El 20 de julio, José Bautista Juárez, hermano del padre Oscar, se presentó en la fiscalía de Homicidios I que conduce Adriana Giannoni. Tal como lo había anunciado, llevó los U$S 60.000 en seis fajos de 100 billetes, cada uno de U$S100. Al menos 4.000 de esos papeles eran de nueva denominación y, el resto, con el viejo formato. Esa entrega marcó un antes y un después en la investigación del crimen del sacerdote, por el que se encuentra detenido Jorge Leonardo Herrera. Dejó un aluvión de interrogantes, muchos de los cuales, hasta el momento, no han sido respondidos. También aportó cierta tranquilidad de los investigadores que aseguraban que el móvil del homicidio había sido el apoderamiento de esa suma de dinero.
- ¿Se sabe cuál es el origen de ese dinero?
- No. Los familiares del sacerdote no pudieron explicar en la Justicia cuáles eran los orígenes del dinero, aunque no descartaron que sea producto de los ahorros de toda una vida.
Sin embargo, los feligreses no se cansaron de declarar que el sacerdote vivía en la pobreza, ya que no cobraba un sueldo por ser párroco ni por dictar clases en el Seminario. Tampoco se pudo confirmar que haya cobrado una herencia importante en los últimos tiempos. Un Chevrolet Cruze modelo 2018 y con una valuación fiscal de $800.000 es el único bien que se comprobó que tenía a su nombre.
- ¿Por qué es tan importante la aparición de los dólares?
- Porque terminó fortaleciendo la teoría de que el acusado podría haber matado al sacerdote porque pretendía apoderarse de los dólares. Esa teoría generó una polémica entre la defensa del acusado y el apoderado legal del Arzobispado.
“Se habló de robos que nunca fueron acreditados por las autoridades y luego, sugestivamente, presentaron una importante cantidad de dólares que la víctima les entregó a sus hermanos para que lo cuidaran. Y luego, por recomendación del arzobispo (Carlos) Sánchez, lo terminan entregando a la Justicia”; explicó Manuel Pedernera en una entrevista al programa Buen Día que se emite por LG Play.
Juan Andrés Robles, representante legal del Arzobispado, desmintió esa posibilidad. “No hicimos nada adrede; lo único que hicimos es presentar un elemento que considerábamos importante para que se llegue a la verdad. No buscamos perjudicar a nadie; no somos juzgadores sino que buscamos colaborar con la investigación y lo seguiremos haciendo si surge otro elemento que consideremos útil”, indicó.
- ¿Cuál fue la posición de la Iglesia ante este tema?
Además de pedir intervenir en la causa como amicus curiae, a la fiscala Giannoni le presentó un documento de 2014 en el consta que el ex arzobispo Alfredo Zecca le había entregado U$S 50.000 al padre Juárez para que comprara equipos de aire acondicionado para instalarlos en la parroquia de San Martín de Porres.
Sin embargo, los feligreses dijeron a LA GACETA que esa obra fue realizada con donaciones y colaboraciones que se realizaron durante varios años. Finalmente, según se pudo establecer, el sistema de refrigeración fue instalado en 2019, es decir, cinco años después de que se le entregaran esos 50.000 dólares.
“Pero no tenemos ningún presupuesto, no sabemos cuál es el origen. Por el monto de la cifra, podría estar relacionado con ese acto y por ese motivo lo presentamos a la fiscalía teniendo en cuenta la importancia de ese elemento”, indicó el profesional, cuando fue entrevistado en Buen Día, el programa de LG Play.
- ¿Pudieron tener otro origen los dólares?
- Robles, días atrás, le dijo a LA GACETA que tampoco se puede descartar que, como modo de ahorro, el padre Juárez hubiese decidido dolarizar los fondos de la parroquia. “Sabemos que estaba pensando en cambiar todo el techo del templo y edificar dos aulas en una segunda planta de la casa parroquial. Creemos que algún allegado a la parroquia estaba pidiendo presupuestos, que oscilarían en los $ 5 millones”, explicó.
El abogado del Arzobispado señaló que las parroquias son autónomas en lo que se refiere al manejo de los fondos. “Si bien tienen una obligación de rendir cuentas, no existe una orden de que lo hagan de manera anual, por lo que muchas veces el Arzobispado desconoce los fondos que manejan”, explicó Robles.
Los párrocos son los responsables de administrar los fondos de las colectas, las donaciones y las actividades benéficas; los ingresos por pedidos de misas especiales, la concesión de sacramentos y consejos espirituales. Con esos dineros, el sacerdote debe hacerse cargo del personal que trabaja bajo sus órdenes, su salario y los gastos de mantenimiento. La pandemia afectó considerablemente el movimiento de fondos en las iglesias de toda la provincia, por lo que muchos sacerdotes tuvieron que salir a solicitar a toda la comunidad todo tipo de ayuda.
Por otra parte, varias fuentes de la Iglesia confirmaron que no en todas las parroquias hay un libro contable donde se informe sobre ingresos y egresos de dinero.
- ¿La madre del imputado sabía de la existencia de esos fondos?
- Pedernera y Ramón, los defensores del acusado, se cansaron de repetir que Norma Velárdez no conocía que el padre Juárez tenía ese dinero. “Por eso es imposible que se hable de un supuesto robo si ella ni su hijo sabían de la existencia de esa cantidad de efectivo”, comentaron.
Sin embargo, varios testigos dieron otra versión en la fiscalía. Declararon bajo juramento que la mujer le había guardado un tiempo una importante suma de dinero. También dijeron que esos fondos habían desaparecido en un supuesto robo y que luego volvieron a las manos del padre Juárez, pero aunque con un faltante que no supieron precisar.
Hace unos días, LA GACETA había consignado que meses atrás, Velárdez había denunciado un hurto en su casa de pasaje Hernán Cortés al 3.200 en el que supuestamente desconocidos se habían apoderado de un dinero que pertenecía a la parroquia. La mujer, siempre según las versiones de los feligreses, había pedido a un vecino que observara quién podría haber ingresado a su domicilio el día que se cometió el ilícito. Al único que vieron fue Herrera. El robo del dinero nunca fue denunciado.
En su declaración testimonial, brindada antes de que fuera detenido su hijo, Velárdez -que es contadora pública nacional- dijo que ella era la responsable de llevar el control del movimiento del efectivo y realizar todos los trámites ante la AFIP, entre otras diligencias, por lo que es muy poco probable que no haya sabido de la existencia de esos fondos.
- ¿Qué postura tomó la familia del sacerdote?
- Los familiares habían mostrado toda su intención de asumir como querellantes, pero hasta el cierre de esta edición esperaban que la fiscalía les otorgue ese papel. Cecilia Robles, la abogada que asesora a la familia, indicó:“los parientes no saben en lo más mínimo cuáles son los orígenes de esos fondos. Simplemente cumplieron con el pedido de guardarlos”.
“La familia -agregó- no demostró ningún interés en reclamar esa importante suma de dinero. Todavía están elaborando el luto y siente que esa plata está manchada con la sangre de un ser querido”.
- ¿Qué medidas tomó la Justicia para investigar este tema?
- La fiscala Giannoni espera el informe de las cuentas bancarias del imputado, de su madre y del sacerdote. Logró que un juez de instrucción levante el secreto bancario de los investigados y ya remitió un oficio a las entidades crediticias para que le brinden un informe sobre las existencias de cuentas y sus respectivos movimientos.
También solicitó un informe al Arzobispado sobre los ingresos que percibía y sobre si tenía conocimiento de las cuentas. Fuentes eclesiásticas confirmaron que, tal como se lo había solicitado, le entregaron un documento donde consta la donación que recibió el padre Juárez y que sólo percibía un salario (no informaron el monto) por su tarea como docente en el Seminario.
También explicaron que la víctima, como la mayoría de los párrocos, viven del dinero que aportan los feligreses.
¿Se puede hablar de que estemos ante un caso de lavado de activos?
Absolutamente, no. Para que una causa se encuadre en esa tipificación penal, los fondos deben haberse generado a través de un ilícito. Por ejemplo, narcotráfico y trata de personas con fines de explotación sexual, entre otros. Pero hasta el momento, no surgió ningún indicio de que ese haya sido el origen de los dólares. Y si llegaran a encontrar uno, la fiscala Giannoni deberá declararse incompetente y enviar a la Justicia Federal para que lo investigue, ya que el lavado de activos es un delito federal.
¿Qué pasará con los dólares que entregaron los hermanos de la víctima?
Los pueden reclamar, pero para que ello ocurra los interesados deberán argumentar el origen de esos fondos. Salvo el Arzobispado, ninguna de las partes puede hasta el momento afirmar de dónde surgió ese dinero. Lo más probable es que con el avance de la investigación, Giannoni gire ese parte del expediente para que un juez de Familia decida sobre el tema.